Tras ver la primera temporada, y encantarme, no pude esperar mucho a ver la continuación de esta serie, que en su segunda temporada pasó de ser en una casa encantada con fantasmas y muchos crímenes, a situarse en un asilo en donde los crímenes, los fantasmas del pasado, asesinos en serie, y hasta alienígenas y el diablo no faltaban entre sus pacientes. La historia no tenía nada que ver, y a la vez, era muy similar. Cambio de escenario, de personajes y hasta de trama, que no ha hecho sino mejorar a la serie. Todo es mix fue muy bien llevado, y así se ha aportado de todo un poco a la trama, que giraba principalmente en torno a Lana (Sarah Paulson), una periodista que intentaba conseguir una noticia con el ingreso del supuesto asesino en serie, Kit (Evan Peters). Pero eso solo era el comienzo, ya que madre mía todo lo que tiene que sufrir la pobre... Un ritmo que no paraba capitulo tras capitulo, y en el que nada parecía lo que era.
Muchos de los actores que aparecieron en la primera temporada repiten en esta segunda. Aparte de los mencionados, destacan Zachary Quinto, Lily Rabe, Joseph Fiennes, James Cromwell, el gran descubrimiento de Lizzie Brocheré (Grace), y como no, Jessica Lange, que parece haberse convertido en el icono de la serie, aunque en esta ocasion compartia protagonismo con el personaje de Lana. Así que si os gustó la primera temporada, esta también os encantará. No se cual de las dos temporadas me ha gustado más, ya que ambas han sido sublimes. Ahora solo nos queda esperar a la tercera temporada, que no llegara hasta octubre. Os dejo con "The name game", la ida de olla en el capitulo 10, cuando Judy empieza a alucinar pepinos y nos regala esta canción Claro, el creador de la serie es el mismo que creó "Glee", así que no es para sorprenderse... O sí. Esta canción junto a "Dominique", la canción que no paraba de sonar en la sala común, se han convertido en los himnos de la segunda temporada.
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