La primera parte de esta trilogía me sorprendió en el verano del 2009. Fui a verla sin más, sin esperar una gran película, y resulto ser un peliculón muy divertido. La segunda parte no es que fuera mala, pero era demasiado parecida a su predecesora, y por lo tanto previsible. Por ello, no sabia si ver esta tercera parte en el cine o esperarme a verla en casa, pero una tarde de verano sin nada que hacer y que las entradas sean por menos de 5 euros nos acabo animando a mi hermana y a mi.
Decir que la película es mejor que la segunda, pero ni mucho menos llega al nivel de la primera. Es algo menos graciosa y con mucha más acción. En ella se retoma la historia de la primera parte, ya que lo vivido aquella fatídica noche desencadenó una serie de consecuencias que se materializa en esta tercera entrega. La "manada de lobos" capitaneada por Phil, Stu y Alan (con Duck siempre en segundo plano) y Chow no podían faltar, y a ellos se les une John Goodman. También retoman sus papeles, de manera muy secundaria el Duck Negro y Jade (Heather Graham, esto me dolió mucho...). Hasta Carlos, el bebe de la primera entrega, vuelve a aparecer. Parece que este es el final de la trilogía, aunque quien sabe si tiene éxito...
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